martes, 11 de diciembre de 2007

¿Habra vida inteligente en el universo?

Upsilon Andrómeda

Cada vez es más posible la existencia de vida en otros sistemas solares, confirman nuevos descubrimientos astronómicos

Alex Chionetti

Alturas – Estados Unidos

Entrevista con los descubridores de un nuevo sistema solar Dra. Debra Fisher y Dr. Geoffrey Marcy. Reportaje exclusivo de Alex Chionetti.

La astrónoma y Andrómeda

La Dra. Fisher es joven y contagia su pasión por la astronomía. Viene de Iowa, un estado como la mayoría de la unión americana, tranquilo, campestre, de vastos horizontes donde la fascinación por el cielo es algo cotidiano.

Debra Fisher sabe que con su histórica contribución a la astrofísica de finales de siglo las fronteras del espacio se achican. "Pienso que la posibilidad de encontrar a otras ‘Tierras’ parecidas a la nuestra es cada vez mayor, y pueden estar en las cercanías de Upsilon Andrómeda".

Su declaración me deja pasmado. La nueva generación de astrónomos es más audaz que la de Sagan. Es posible que esa nueva Tierra, mundo paralelo, contenga vida… ¿vida humana? – le pregunto cautelosamente. "No estoy diciendo que los nuevos planetas alberguen vida humana pero sí algún tipo de vida…" – me contesta.

No puedo contenerme en preguntarle sobre los ovnis y su posible procedencia extraterrestre como visitantes de nuestro suelo y atmósfera. Sonriéndose me dice que no cree posible que tengamos aún contacto en nuestra propia casa.

"No sólo la existencia es lo que calienta la sangre de los astrónomos, ya que la especulación hace su buena parte". La Dra. Fisher tiene más de 3 años en el Observatorio Lick utilizando un telescopio de 120 pulgadas redefiniendo los datos de los 3 gigantescos planetas y buscando otros más. Los nuevos elementos de su descubrimiento en conjunción con el Dr. Geoffrey Marcy se destacan al brindarnos inédita información de como los planetas son originados. Y muchos de los antiguos conceptos se están invirtiendo.

Al parecer nuestro Sistema Solar emergió hace 5 billones de años cuando el sol todavía era una pelota incandescente de partículas subatómicas circundadas por un inmenso "disco protoplasmatico" de cenizas y gas que se extendió por muchos millones de kilómetros alrededor del Sol en formación.

Las partículas de polvo, no mayores que pequeñas canicas, gradualmente se agruparon masivamente, acumulando más y más materia estelar. Hasta agrandarse lo suficiente para barrer con más material a través de su atracción gravitatoria. Y agrandarse lo suficiente para convertirse en verdaderos planetas.

La guerras gravitacionales

Los Cazadores de Planetas teorizan que algo de mayor significado pudo haber sucedido en nuestro sistema solar en sus comienzos. Lejos del reborde exterior del nuevo sol en formación se pudieron integrar gigantescas protuberancias gaseosas, planetas masivos más grandes que Júpiter o Saturno.

Así es como estos gigantescos planetas gaseosos en los limites exteriores del recién nacido sistema solar podrían haber eyectado incontables nuevos pequeños planetas condenados a ser arrojados fuera del sistema, dejando solo la Tierra y a sus ocho compañeros a asentarse en orbitas casi circulares alrededor del ahora estabilizado Sol. Esto muy bien pudo haber sucedido alrededor de UPSILON ANDROMEDA.

Según la Dra. Fischer la estrella ya se estaba formando hace 3 billones de años dando nacimiento al sistema con 3 planetas. El primero de los tres ya había sido detectado por Fisher, Marcy y Buttler en 1996, momento en que observaron suaves perturbaciones en el espectro de la estrella, el cual cambió del azul al rojo, lo que llevó a los astrónomos a razonar que la gravedad de algún objeto estaría remolcándose alrededor de la estrella, llevándolo a alterar su espectro, evidenciándose de esta manera el efecto Doppler.

Los tres astrónomos estaban acertados. Había un planeta que se acercaba a los tres cuartos de la masa jupiteriana, acelerando alrededor de la estrella cada 4,6 días en un camino raramente excéntrico al alejarse seis millones de millas.

El Dr. Marcy y la Dra. Fisher detectaron más cambios espectrales en la estrella, más de lo que un planeta podía contar, lo que los llevó a lanzarse a buscar una explicación. Y la encontraron…

En sucesión detectaron otros dos objetos macizos con grandes masas. Al mismo tiempo, en competencia amistosa, Noyes y sus colegas de Harvard iban recogiendo similares informaciones a través de sus observaciones chequeadas regularmente con el grupo de Marcy y con Butler en Australia. "Se implica – agrega Fisher – que los planetas se pueden formar más fácilmente de lo que jamás hemos imaginado, y que nuestra Vía Láctea está pululando con sistemas planetarios".

- ¿Vuestro descubrimiento es la continuación de previos hallazgos durante la última década de estrellas y planetas más allá de nuestro Sistema Solar?

A diferencia de previos descubrimientos, que ya cuentan con 18 nuevas estrellas, el hallazgo de un sistema con tres planetas más grandes que Júpiter parte de que entran dentro de lo que se denominamos en la jerga astronómica "FORMACION FACIL". Aunque los sistemas solares con planetas grandísimos son los más difíciles de encontrar, este sistema que llamamos de la estrella "A" parece haber sucedido con facilidad desde el punto de vista astronómico y creacionista. Recordemos que en el tamaño de un Júpiter entran 300 tierras.

- ¿Cómo llegan a estos nuevos gigantes de este nuevo sistema solar?

Bautizamos a este nuevo sistema como Upsalom Andrómeda al pertenecer a la galaxia de Andrómeda, siendo su gran brillantez que llevo al Dr. Marcy a seguir uno de sus planetas desde 1987. En 1996 pudo determinar con más precisión una órbita rápida, lo que sirvió de modelo para establecer los movimientos de un segundo planeta. Utilizando el sistema de cálculo astronómico "Construction Mathemathical Model" basado en Johannes Kepler y su sistema conocido como "Movimiento Orbital" pudimos continuar hasta corroborar con el equipo de la Universidad de Harvard las velocidades de los tres, aunque estos astrónomos presentaban diferencias en sus cálculos. Con ellos creamos un equipo de remodelación de las teorías astronómicas y mediciones que concluyeron con la confirmación de Upsalom Andrómeda y sus tres planetas.

- ¿Nos podría describir las características de estos planetas y a qué distancia se encuentran de nosotros?

Se hallan a 44 Años Luz de la Tierra. Estimamos que este sistema solar tiene una edad que oscila entre los 3,5 y los 4,5 billones de años. El primero, que alfabéticamente llamamos planeta "B" tiene una órbita de 4,5 días y una masa que es ¾ de la de Júpiter.

El segundo "C" tiene una órbita de 242 días alrededor de la estrella principal. La masa es el doble de la de Júpiter. El tercero "D" tiene una órbita de 3 años y medio. La masa es cuatro veces mayor de la de Júpiter.

- ¿Cuál es el futuro de las futuras exploraciones de vuestro equipo?

Próximas investigaciones, matemáticas, basadas en un modelo dinámico – estable. Pero si esta órbita cambia, o si uno de ellos sale de órbita, sucede porque se están arrastrando entre ellos. Las velocidades producen un modelo predictivo. Si los planetas mantienen una órbita apreciable ayuda a descubrirlos.

Tenemos ideas sagaces con respecto a la próxima década de observaciones donde contamos con el cruzamiento de planetas. Como sabemos la anteposición de la órbita planetaria ante la estrella y la brillantez de ésta ayuda a medir los avances y retrocesos planetarios como así las inclinaciones de los ejes.

- ¿Qué planes hay para tener una aproximación más visual, más detallada?

En el año 2005 la NASA tendrá en el espacio al SIM, instrumento con lentes especiales que determinara las siluetas de las estrellas. Este instrumento ayudará a corroborar los movimientos dentro de una serie de observaciones complementarias. No tendremos imágenes directas hasta el 2012 cuando el TPS (TERRESTRIAL PLANET FINDER) ayudará en la obtención de imágenes directas y claras.

Dr. Geoffrey Marcy: Un perseguidor sideral

Antes del gran descubrimiento ya habían sido detectados 19 planetas gigantescos. Pero este nuevo descubrimiento marca la primera firme evidencia que al menos en un solo caso, existe un sistema solar con tres planetas.

"Estamos testificando – nos comenta entusiasmado el profesor considerado con el estatus de "sobresaliente" por los otros académicos de su rama profesional – una Nueva Era en la exploración humana. Por primera vez nos estamos embarcando en el reconocimiento de otros planetas en nuestra propia galaxia para aprender como es allá afuera".

La primera pregunta que nos hacemos es si son rocosos como nuestra Tierra. ¿O estos nuevos gigantes están hechos de gas, como nuestro Júpiter?

¿En el tiempo presente estamos más seguros que nuestro sistema solar proviene de una inusual naturaleza cósmica, o existen muchos otros sistemas solares con planetas moviéndose en las órbitas correctas alrededor de sus estrellas con temperaturas que puedan sostener agua en estado liquido y permitir la emergencia de la vida?

Marcy sonríe malévolamente y agrega: "Nuestro descubrimiento no contesta a ninguna de esas preguntas pero las contiene…." Este astrónomo sostiene que puede haber al menos un billón de sistemas solares alrededor de estrellas en la Vía Láctea, nuestra galaxia, la cual sostiene 200 billones de estrellas de todas las clases. Y muchos de esos sistemas podrían contener otros planetas como los 9 que circulan alrededor de nuestro Sol.

Un descubrimiento paralelo: La bioquímica imposible

Robert Noyes, del Harvard Smithsonian Center for Astrophysics es otro de los descubridores simultáneos. Trabajando en el Observatorio Whipple cerca de Tucson, descubrieron a los 3 planetas independientemente del equipo del Dr. Marcy. La información corroborada entre los dos grupos fue coincidente apoyando a la existencia de los planetas como virtualmente certera.

Marcy es uno de los más sobresalientes astrofísicos de los 6.000 hombres y mujeres que están entrenados para "reconstruir" el Cosmos.

Empatándose con Paul Butler en diciembre del 95’ descubrieron un planeta orbitando la estrella 47 Ursae Majoris – 45 años luz de la Tierra – Pero el hallazgo ocurrió dos meses después de que un equipo suizo halló el primer planeta fuera de nuestro sistema solar. Desde entonces, Marcy y Butler han llegado a apuntarse once descubrimientos, 8 más que los suizos. Se estiman más de 100 billones de estrellas en la Vía Láctea, la que a su vez es parte de las 50 a 100 billones de galaxias del Universo.

Según el Dr. Marcy la vida depende de la órbita de un planeta y de su distancia del Sol. Todo tiene que calzar exactamente, ni demasiado frío, ni demasiado calor. Lo que entre los astrónomos se conoce como el Efecto Goldilocks. Si el planeta es demasiado lejano de su estrellas o demasiado cercano en su jornada celestial, los extremos termales podrían convertir a la bioquímica en elementos imposibles.

La mayoría de los planetas descubiertos fuera de nuestro sistema solar tienen órbitas tan elípticas los que los lleva a ser considerados malos candidatos para la creación de la Vida.

Los modelos predictivos astronómicos

Los astrónomos saben que la intuición es también una dádiva de nuestra naturaleza, y cuando va más allá de lo racionalista se convierte en una inquisitiva herramienta. "Cuando lleguemos a contar con más de 100 planetas, los que mantendrán órbitas elípticas, estamos tras la pista de una posible aparición de la vida" – se confiesa el Dr. Marcy, mientras considera que esto también es una pregunta que clama respuesta: ¿Por qué somos tan afortunados de vivir en un planeta cuya orbita es circular?

Para los astrofísicos modernos las órbitas circulares son críticas para la sobrevivencia y evolución de la Vida. Para convencerse de ello cada mes el Dr. Marcy trepa hasta las cumbres volcánicas del Mauna Kea, Hawai, donde se erige el telescopio más grande del mundo, llamado Keck.

Desde allí Marcy se conecta con Butler, que vuela desde Australia, si están cerca de una nueva corroboración. Más de 800 estrellas son escaneadas por tres noches. Los datos luego son enviados vía Internet a las computadoras de la Universidad del Estado de San Francisco y a la de Berkeley. Ya desde ahí la búsqueda infinita se reinicia.

El efecto Wobble

Los nuevos planetas, como los que se han descubierto en el último lustro, han sido encontrados conocido en ingles como "wobble", que se traduciría como de oscilación o tambaleo.

Es la oscilación de las estrellas, de sus emisiones de luz que viran del azul al rojo, finalizando en todo el espectro luminoso. Si la estrella oscila la teoría astrofísica entra en acción, ya que evidencia que un cuerpo está cerca para ejercer un cierto tipo de influencia. Así se infiere la existencia de un planeta.

El Dr. Marcy mantiene su optimismo al considerar que la oportunidad de ver con nuestros propios ojos un planeta afuera de nuestro sistema solar será glorioso patrimonio de nuestros nietos.

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